Soy Idiota

SOY IDIOTA 

Hoy voy a confesar que siempre he sido un poco idiota.

y aunque me pare a pensar  no se  bien desde que momento exacto.

Supongo que hay personas que nacemos para ser idiotas

y tampoco tiene mucho sentido plantearse desde cuando.

En realidad, no vivo mal como idiota, de mi no se espera nada

y aunque todo vaya mal, nunca hay prisa para un cambio.

No es lo mismo sentirse idiota que serlo y eso conviene aclararlo

al igual que no es lo mismo parecerlo que abrir la boca y confirmarlo.

Soy ese tipo de idiota que actúa y luego se arrepiente

que a sabiendas va y la caga y luego intenta arreglarlo.

Soy idiota convencido que si le piden un dedo va y entrega todo el brazo.

Que a veces se sintió idiota y nunca dejó de serlo.

Creo que siempre he sido idiota desde que tengo uso de razón o al menos eso creo.  

“Desde que tengo uso de razón” esa expresión siempre me hizo gracia,

y ya se que yo soy idiota. pero me da la impresión que se usa demasiado.

El uso de la razón para mí, que soy idiota, hace del mundo un sitio muy complicado.

Hay cosas que todos entienden y que a mi entenderlas, como buen idiota, me cuesta mucho más trabajo.

Son cosas que nadie razonable se cuestiona

 que dando vida a la banca da igual que muera un parado. 

Como digo, yo soy idiota, pero para mi está claro,

si tu defraudas, defraudas aunque ocupes un escaño.

Que yo lo veo como idiota y me parece muy obvio que muchos son más pocos

y que si no lo hacen bien pues yo cojo y no les voto.

Que los nuevos son distintos pero iguales a los que estaban

 y que los que crean expectativas son los más te defraudan.

Me comporto como idiota y hay mucho que yo no entiendo

lo que muchos veis normal  a mi me deja helado, y claro ahí es cuando me caliento.

A estas alturas creo que ya ha quedado claro lo idiota que puedo ser

que soy idiota por dentro, que pienso como un idiota

y que también es de idiota mi forma de proceder.

Pero por muy idiota que sea hay algo que tengo claro

es que si no hubiera idiotas el mundo sería mucho más malo. 

Pedro Cortés