Mi vida, un árbol
Sentir,
cegar, golpear,
Abrir
un ojo con timidez
Y ver la luz por primera vez.
Salir,
conocer, besar, llorar.
Ella
sudada por el esfuerzo te ofrece sus brazos.
Bebo de
su cuerpo
y
agradezco su regalo.
Felicidad,
júbilo, paz.
Veo el
gran pasillo que lleva hasta un camino.
Un
sendero que marca un principio y un fin certero.
Temblar,
balbucear, amor.
Cogerte
de la mano y plantar nuestro árbol.
Él
crecerá a la par que nosotros
Nos
dará cobijo en los peores días.
Sé que
te cuesta creer que lo nuestro es para siempre,
Y lo
irás descubriendo conforme tú me miras.
Nuestros
problemas, son las raíces retorcidas que nos impiden acercarnos.
Sabemos
que si conseguimos saltarlas
Nosotros,
conseguiremos abrazarnos.
Abrazar, morder, rozar.
Beber
de un veneno amargo de tus labios
y creer
que la vida solo es si estás a mi lado.
Nuestro
árbol ha crecido
La
niebla oscurece sus copas,
y el
otoño lo ha afligido.
Al
igual que nuestra vista y tu pelo.
Envejecer,
temblar, Extrañar.
Desear
que el tiempo no pase
O que
me devuelva nuestros días.
Me
odio.
Me odio
por querer verte,
por
intentar recordarte.
Miro tu
mano y no se quien eres.
No te
mereces que no te recuerde.
Mi
cabeza ya no es la misma,
mi
cuerpo tiembla y no es por nervios.
Me odio.
Veo tus
mejillas mojadas repitiendo tu nombre.
El invierno ha llegado.
Y las
hojas de nuestro árbol han bajado.
Un
último aliento puedo decir...
¡Mi
amor no sufras!
Porque
yo debo partir.
A otro
lugar, donde siempre te esperaré.
Y si tu invierno te acecha.
Corre, corre y no pares.
Porque
aunque siempre te amaré, no te quiero ver aquí.
Y si
así de injusta es la vida
y a mi
lado te vieses.
Cogeré
de nuevo tu mano,
Encontraremos
ese lugar bajo nuestra sombra
y nos
seguiremos amando por siempre jamás.
David R. Prieto
No hay comentarios:
Publicar un comentario