En los lugares más recónditos del alma,
justo donde habita el miedo,
coexisten la opción de no hacer nada
y la virtud de hacer lo correcto.
En los senderos más oscuros y apartados
o en los recodos más abruptos del camino
se oculta la actitud del optimista
y se esconde el valor de un hombre bueno.
En ese altar donde mueren las miradas
que es cementerio de los sueños obsoletos
se entierran solos los anhelos inocentes
y allí descansan los proyectos incompletos.
Donde las ganas se enfrentan a la desidia
y el resultado del combate es algo incierto
es donde esperan los sueños irrealizables
y se refugian olvidados sentimientos.
Huyen palabras desterradas de esta guerra,
huyen los versos sin destino ni consuelo
si tu inocencia poco a poco se desangra
y te abandona ese niño que llevas dentro.
Es cuando llegas a ese punto sin retorno,
es cuando sabes que debes tomar partido
abandonarte y apagarte poco a poco
o levantarte y empeñarte en seguir vivo.
Autor: Pedro Cortés.