La máquina sonó deteniéndose en el tiempo
sus manos volarán, entre sueños, entre tinta
historias que contar, versos para recitarlos
papeles saciados en la mente de una pluma.
Las letras le bailaban, la sombra se ocultaba
el flexo le guiaba, jugaba con la luna
de noche los minutos, segundos tras la muerte.
Los folios se caían hervidos entre sangre
las gotas en sus ojos, el miedo ante la lluvia.
Despierta entre pieles, algodones por ropaje
latidos y un tic-tac, poetisa hasta el final.
Derechos Reservados: Patricia López Castillo.
Las Ruinas del Presente©
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